Qué son vinos naturales?
Estos días hemos tenido como huéspedes a una pareja entrañable que elaboran vinos naturales, Angels y Joan. Juntos crearon Cal Tiques.
La noche de su llegada disfrutaron durante la cena en la terraza de una de sus creaciones que forma parte de nuestra carta. Decían que deleitarse con sus vinos frente a estas montañas, en la quietud de este paisaje, les apetecía mucho. Con el paso de los días fueron revelando las vicisitudes y delicadezas que rondan la elaboración de estos vinos.Detrás del bienamado contenido de esas botellas hay todo un ritual de vida que comienza con la forma en que tratan la tierra y las viñas. No hay regadío ni aditivos para las vides y si surge algún desequilibrio lo afrontan de la mano de la biodinámica, las visiones analógicas de Rudolf steiner, buscando volver a interrelacionar los elementos y los reinos sin invadirlos ni adulterarlos. Ellos elaboran vinos pero más bien son observadores que interventores de una alquimia que se origina en la tierra y bajo el influjo de la vasta meteorología y del paragüas de radiaciones cósmicas que envuelven la tierra. El momento en que se decide cosechar no lo dictamina el calendario, sino la experiencia humana, cuando al probar el fruto éste brinda una información óptima al paladar, la piel se separa fácilmente de la pulpa y la semilla, al masticarla, no ofrece amargor a las papilas. Se cosecha, entonces, a mano, las múltiples manos de los cosechadores seleccionan los frutos que se prensarán en las cubas, al tiempo de la acción le sigue la belleza de un silencio que es un tiempo de espera. Ahora son los microorganismos, las levaduras adheridas a la piel cerosa de los granos quienes desde el interior inician los procesos de fermentación, mientras, los bodegueros se acercan a las cubas, las escuchan, las acarician… a la espera de ese fragor secreto que iniciarán miles y miles de levaduras consumiendo los azúcares de la uva. Cuando las levaduras acaban su labor entran en juego las bacterias. Cada uno de esos racimos porta consigo microorganismos que fermentarán porque el medio es propicio para que esa explosión de vida acontezca en el interior de una cuba de arcilla. Ellos no incorporan nada, ni un pie de cuba, es decir un sustrato de fermentación ni tampoco azúcares añadidos. No aceleran el proceso, lo acompañan, se maravillan de ver cómo la propia naturaleza transmuta haciendo de la uva un líquido celestial que al ser degustado incorpora en nuestras bocas un microcosmos de sensaciones, desde la presencia de la tierra, el frescor de la fruta, el calor del sol que le permitió crecer y la riqueza mineral de la tierra que la nutrió.
Por: Isabel Garcia