El Barco
Una casa para dos personas junto a la masía principal ideal para la estancia de parejas que quieren gozar al máximo de su intimidad, tiene salón comedor, cocina, baño, bañera y una habitación doble. Los servicios de restaurante se sirven en la intimidad de vuestro alojamiento. (solo adultos)
Arquitectura singular concebida para encuentros íntimos. Capacidad: dos personas, máximo cuatro, espacio diáfano tipo loft con bañera
El Barco es una construcción en piedra que parte de los restos de un antiguo establo. La intención es crear un espacio singular donde el contenedor arquitectónico sea, en sí mismo, una experiencia sensorial. La estancia en la casa induce a la experiencia estética tanto por sus formas curvas con la cubierta abovedada, como por la captura exterior del paisaje a través de grandes ventanales. De planta rectangular, y orientada hacia el sureste, con dos caras de la misma acristaladas. De techo abovedado acabado en ábside, lo que hace del dormitorio un espacio curvo en sus paredes y techo, completamente blanco e infinito. Situándose sobre la cama se dibuja un eje visual que atraviesa una celosía y se proyecta hacia un gran ventanal semicircular que llevará la mirada al verde del bosque.
Arquitectura singular concebida para encuentros íntimos. Capacidad: dos personas, máximo cuatro, espacio diáfano tipo loft con bañera
El Barco es una construcción en piedra que parte de los restos de un antiguo establo. La intención es crear un espacio singular donde el contenedor arquitectónico sea, en sí mismo, una experiencia sensorial. La estancia en la casa induce a la experiencia estética tanto por sus formas curvas con la cubierta abovedada, como por la captura exterior del paisaje a través de grandes ventanales. De planta rectangular, y orientada hacia el sureste, con dos caras de la misma acristaladas. De techo abovedado acabado en ábside, lo que hace del dormitorio un espacio curvo en sus paredes y techo, completamente blanco e infinito. Situándose sobre la cama se dibuja un eje visual que atraviesa una celosía y se proyecta hacia un gran ventanal semicircular que llevará la mirada al verde del bosque.