La Casa Flotante
Casa para dos personas de alquiler integro, con cocina independiente, bañera, estufa de leña y terraza. Los servicios de restaurante se sirven en la intimidad de vuestro alojamiento, (solo adultos)
La Casa Flotante es la nueva estancia de Mardelacarrasca, nombrada así por nuestro hijo, cuando en el período de construcción explorábamos el espacio, intuyendo cómo podría llegar a ser y cómo deseábamos que fuese. Su sensación como niño fue sentirse flotar y nosotros, como adultos, enseguida nos sumamos a ella. La casa ya estaba nombrada, al verbo le siguieron formas, volúmenes y materiales que la harían carne.
Y fue dibujándose un espacio donde el agua está muy presente, de ahí que el cuarto de baño o sala del agua, inspirado en las formas del hamman marroquí, sea el corazón de la casa. Queríamos una arquitectura donde el agua pudiera experimentarse como un elemento lúdico y a la vez terapéutico. El agua de manantial se puede disfrutar en forma de baño o de ducha en un espacio amplio, uterino, con materiales naturales como el mármol y el yeso artesano de Albarracín.
Toda la casa es un continuum de yeso, paredes y suelo, que se asemeja visualmente al tadilak marroquí, creando un espacio sedoso a la vista, suave y muy cálido.
Y de la sala del agua, profunda y uterina, la casa se abre a una sala amplia donde están el salón el fuego y el dormitorio, comunicados con el paisaje por amplias cristaleras, que vierten los colores y la belleza del paisaje dentro de la casa. Al anochecer es un buen momento para prender la estufa, bajar los estores y disfrutar de la intimidad e hipnosis que brinda la belleza del fuego dentro de una arquitectura.
La Casa Flotante es la nueva estancia de Mardelacarrasca, nombrada así por nuestro hijo, cuando en el período de construcción explorábamos el espacio, intuyendo cómo podría llegar a ser y cómo deseábamos que fuese. Su sensación como niño fue sentirse flotar y nosotros, como adultos, enseguida nos sumamos a ella. La casa ya estaba nombrada, al verbo le siguieron formas, volúmenes y materiales que la harían carne.
Y fue dibujándose un espacio donde el agua está muy presente, de ahí que el cuarto de baño o sala del agua, inspirado en las formas del hamman marroquí, sea el corazón de la casa. Queríamos una arquitectura donde el agua pudiera experimentarse como un elemento lúdico y a la vez terapéutico. El agua de manantial se puede disfrutar en forma de baño o de ducha en un espacio amplio, uterino, con materiales naturales como el mármol y el yeso artesano de Albarracín.
Toda la casa es un continuum de yeso, paredes y suelo, que se asemeja visualmente al tadilak marroquí, creando un espacio sedoso a la vista, suave y muy cálido.
Y de la sala del agua, profunda y uterina, la casa se abre a una sala amplia donde están el salón el fuego y el dormitorio, comunicados con el paisaje por amplias cristaleras, que vierten los colores y la belleza del paisaje dentro de la casa. Al anochecer es un buen momento para prender la estufa, bajar los estores y disfrutar de la intimidad e hipnosis que brinda la belleza del fuego dentro de una arquitectura.